Te dices que no vas a leer más esas noticias, que no vale la pena. Crees, casi con certeza de monje, que estarás libre de preocupaciones. En realidad es una simple cobardía. Cada noticia te acerca a la depresión, cada video azota tu buen ánimo.
No puedes escaparte de la realidad de millones que sufren. Estás lejos solamente porque se mide en millas el desconsuelo, pero esa desazón está muy cerca, sigue arraigada, está en la fibra de eso que eres: un venezolano solidario. La diferencia es que ahora estás sufriendo desde otras orillas.
Piensas.
Piensas que sería bonito que tomara su pistola (o la de su edecán) y se la llevara a la sien y acabara con su insensata tozudez. Crees, en verdad, que no tiene las agallas para acabar con su propia infamia. Ciertamente no tiene pelota alguna para apretarse y sentirse hombre. Tal vez no tenga ni arma ni secretario. Está solo. Como el hambre y la violencia, situaciones limítrofes entre la penitencia y el desamparo.
Piensas en todos esos que en el baño deberían estar decidiendo entre la cárcel y el purgatorio. Pasa por tu mente una larga fila de hombres, poderosos todos ellos, los infaustos que han hundido a tu país, y te los imaginas simplemente como escombros, polvo, olvido.
La tristeza puede ponerte creativo. Interesante pensar en las, al menos, seis formas de dejar morir a un gobierno.
Piensas.
Piensas que sería bonito que tomara su pistola (o la de su edecán) y se la llevara a la sien y acabara con su insensata tozudez. Crees, en verdad, que no tiene las agallas para acabar con su propia infamia. Ciertamente no tiene pelota alguna para apretarse y sentirse hombre. Tal vez no tenga ni arma ni secretario. Está solo. Como el hambre y la violencia, situaciones limítrofes entre la penitencia y el desamparo.
Piensas en todos esos que en el baño deberían estar decidiendo entre la cárcel y el purgatorio. Pasa por tu mente una larga fila de hombres, poderosos todos ellos, los infaustos que han hundido a tu país, y te los imaginas simplemente como escombros, polvo, olvido.
La tristeza puede ponerte creativo. Interesante pensar en las, al menos, seis formas de dejar morir a un gobierno.