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marzo 05, 2011

Serie: Ciudad transparente: Los diablitos chinos (II)

En la fila, el carrito delante de mí es un vergel. La sinfonía de colores de frutas, legumbres y verduras es tan alegre como la sonrisa del par de manos que lo empujan. En la espera, el hombre me sonríe alargando más sus ojos hasta hacerlos una delgada línea. Sus dientes, muy parejos, sus lentes redonditos y su cabello en un corte irregular. Al instante, se acerca otro sujeto, ambos se hablan en su lengua, observan sus compras y se ríen escandalosamente. Éste se aparta rápido mientras el de lentes coloca sus productos en la cinta transportadora. La cajera le pide el número de pasaporte, el hombre le da la tarjeta como cliente del supermercado. De repente, el otro regresa con 12 latas de cerveza nacional. Vuelven las risas y las frases alargadas. Me miran y regreso mi tímida sonrisa en respuesta. Ya para pagar, suena una canción de vallenato a alto volumen: "y vuela, vuela por otro rumbo...". El de lentes saca del bolsillo de la camisa su celular y la cajera y yo nos miramos, riéndonos desvergonzadamente.
Inesperado: 1. adj. Que sucede sin esperarse