-

-

marzo 27, 2010

Vaciedad o el lugar común (hoy)

¿Cómo describir el sentimiento frente a la cosa blanca, apremiante y vacía frente a los ojos?.
Allí en ese espacio deben acudir las pequeñas negras, en orden, concierto y belleza, para decir lo que el corazón siente, lo que aquel padece, lo que intuye, lo que sabe o cree saber. Lo que teme o lo que lo hace soñar. Lo que espera, lo que desea. Aquello que hable de la vida, el color naranja y la expresión Ohm. O por el contrario, lo que aturde, envilece, enturbia. Lo negro, lo sollozado, lo callado, lo oculto. La luna, la muerte, Rubén Darío o Lorca. Vallejo u Onetti. Benedetti tal vez.
Yo me refugio en el sentimiento, lo busco, lo hurgo, lo aquieto, lo desempolvo. Allí, descubierto y desnudo, procuro vestirlo. Primero lo dejo hablar y él va solo agregándose sus ropajes. Yo los voy ordenando, porque en ocasiones pareciera que se pone primero los pantalones y después el interior. ¡Y entonces, Superman para dónde crees que vas así!
Recuerdas que alguna vez aprendimos sujeto, verbo y predicado. ¡Qué simpleza si así solamente fuera! Pero, cómo decirle a otro, con corazón y verbo, que las palabras surgen desde las cosas y fuera de ellas, que hay un orden, un sentido.