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mayo 29, 2010

¡Upper derecha, upper izquierda!

El viento entraba gozoso por las ventanas. Al comienzo era un leve tac-tac golpeteando el marco. Luego se transformó en un ruido entorpecedor de la magia nocturna, esa que se conjuga en el día consagrado a la luna. El salón enorme de ganas. Los asistentes reducidos en ideas. Ella, temeraria, plena de masoquismo, leyó su texto con la mirada entornada de léeme, maltrátame, corrígeme…hazme bien. La otra, la notable, que se había mudado ya tres veces de la ciudad de la complacencia y no estaba para andar masajeando egos, recordó que sus papilas gustativas hacía tiempo que no existían por lo cual o se escribía profesionalmente o se bajaba la santamaría, colgando el cartelito de “cerrado por expropiación de ideas”. Next!