¿Quién soy yo para cuestionarlo?
Es que no la amaba ya, asegura Carlota.
¿El dolor de la pérdida debía trancarle el corazón, botar la llave e incapacitarlo para amar otra vez?
Pero es que la olvidó muy rápido, advierte Sandra.
¿Entonces el amor es presencia, apego simple?
Pudo haber esperado un poco, sugiere Inés.
¿Qué es el amor sin deseo?
El deseo lo tiene cualquiera, el amor es otra cosa, comenta Carlota.
¿El amor es estereotipo y punto?
El amor es tan sublime que supera la muerte, sentencia Julia.
¿Desear un cuerpo que vibre, un corazón que lata orgásmicamente, un suspiro de éxtasis enamorado: es burdo acaso este pensamiento?
¡Cónchale, el amor no es solo sexo!, exclama Laura.
¿Qué es el amor sino carne? ¿Dónde transcurre el amor: en una frase, en una almohada, en un poema tal vez? ¿Dónde comienza el amor: en una mirada, en un enlace de aros, en el nacimiento de un hijo? ¿Dónde termina el amor: en una cama de hospital, en las visitas regulares a la cárcel, en la pobreza y el dolor?
Seguro ya la tenía por ahí, antes del final de la pobre… ¡hombre farsante que es!, decreta Carlota.
¿El amor es folletín entonces? ¿El deseo es pornografía entonces? Mujeres, amigas mías… ¿qué saben ustedes de ese amor entre ellos? Suspicacias, chismorreo vil. No sabemos nada y nada sabremos. ¡Vayan a vivir sus amores: constrúyanlos en su corazón, enciérrenlos entre sus piernas, atrápenlos entre sus ideas!
¡El amor es un ave, libre!
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