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octubre 02, 2011

En tres alientos. I

Esos libros se los había regalado la madre de su mejor amiga. Estaban, muchos de ellos, rayados, y no era la firma de propiedad, no. Cada tres hojas aparecía un mensaje y fecha, bien a la mitad, en los laterales o al final. Cuando hubo terminado de revisar la segunda caja, eso le pareció demasiado extraño. Se detuvo a pensar. Miraba la ultima anotación (Mayo 5, MCMXXXIX). Fue allí donde se dio cuenta que eran mensajes cifrados.
Fin de la nota primera.