Todos los mensajes tenían una estructura de fecha similar: primero el mes, luego el día, para rematar con el año escrito en números romanos. Algunos les costó entenderlos, debe confesar que no estaba muy acostumbrada.
La mayoría de los libros tenía en su interior una hoja de árbol. Ese detalle, comprimido en color y textura, le daba un aire romántico. ¿Qué habrá vivido la señora Aida?, se preguntaba ante cada mensaje. ¿Cómo habría sido su vida sin estos libros?, reflexionaba al apreciar la cantidad de detalles escritos que contenía cada nuevo descubrimiento para ella.
"La ternura reposa en la 57. Tal vez en Junio no fue el invierno lo que llegó, sino el fulgor del personaje: Matías. Me subyuga Él. Capítulo II, anterior. 79."
Y lo siguiente es su firma en un trazo hermoso, algo redondeado, con una elevación coqueta en la a final. De seguro usaba una pluma fuente... Quizá negra con dorada.
Ángela ante cada libro se detenía largamente. Al principio no notaba que aparecían dos estornudos seguidos y después un breve escozor en sus dedos. Estaba tan absorta que cualquier detalle alérgico, fisiológico o como se llamara, no iba a interrumpir ese rito de saber, aunque desconociera todo...
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