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enero 13, 2017

La niña adentro todavía llora




Ella, la niña, se esconde tras una cortina. Se amolda al reguero y no dice palabra alguna. El hombre le dice que no hable. Ella recuerda ese olor. No le duele ya... porque toda ella es dolor.

Pasan los cometas y ella, muro, se cubre de lianas, crecen largos nudos que intrincan sus sueños, le obstruyen su fe. Nada la sostiene, es apenas otra pared enmascarada, oculta a la vida afuera.

Ella, la mujer se esconde detrás de las palabras. Y es cura y es pesar seleccionar los verbos. Los sustantivos nada le aseguran. Le huye a los adjetivos, son delatores y a eso teme, entre otros temblores. Sigue vulnerable.

Ahora huye de los colores del amanecer y se esconde de las puestas de sol. Se acorrala a mediodía, se agazapa en las mañanas. Las palabras pasan porque del tiempo no puede zafarse. Sigue callada. No existe duda ya. La niña adentro todavía llora.