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junio 14, 2019

Sin móvil aparente

Un padre le da de regalo un teléfono a su hijo que cumple 21 años. Le hace una doble advertencia: deberá tener siempre activado el localizador y no podrá acercarse a una zona específica de la ciudad.

El hijo a la noche siguiente sale con el auto de su padre. De madrugada, el padre se despierta y revisa su teléfono, ve que el hijo no ha cumplido con la restricción de la zona, le llama. El hijo responde airado que es un adulto ya. Le cuelga la llamada, quita la geolocalización.

A las horas llega la policía a casa del padre: un chico de 15 asesinó a su hijo por la espalda, sin motivo aparente.

Esa es la síntesis que aparece en la prensa. Ese es el resultado para una familia fracturada por la violencia. ¿Cuántas historias ocultas en ese drama? ¿Cuántos desencuentros entre dos vidas que habrían podido reunirse en la adultez?

En los diarios leemos con triste frecuencia noticias que nos hacen cuestionar si de verdad tenemos todavía algo de humanidad... La sexta acepción del RAE dice: benignidad, mansedumbre, afabilidad. ¿Adónde se fueron?

Los índices de actos de intransigencia moral, acosos sexuales, xenofobia, homofobia van en aumento. ¿Acaso hemos extinguido esa llama noble y sensible en cada uno de nosotros? Quedan estas preguntas... retóricas, por lo visto.